La empresa de joyería Le Vian, que durante los años 1980 y 1990 compró la mitad de toda la producción de tanzanita, ha señalado que la suma pagada a Laizer no es más que una pequeña parte de su valor en el mercado. "Aunque los tres millones de dólares pagados al minero sin duda han cambiado su vida para siempre, se trata solo de una ventésima parte de su potencial valor en el mercado", ha apuntado en un comunicado Eddie Le Vian, subdirector general de la empresa, en el que ha recalcado la dificultad de la extracción de las gemas.
En un mensaje de Twitter, el Gobierno tanzano ha asegurado que las piedras serán conservadas en el museo nacional del país.
En 2018, cuando el ejército comenzó a construir el muro de más de 24 kilómetros en torno a las minas de Merenani, el presidente del país estimó en un 40% la parte de la producción de tanzanita que se perdía por contrabando. Merenani, que está en el poder desde 2015, ha aplicado una política de mano de hierro a las grandes empresas mineras extranjeras que operan en Tanzania y las acuso de infravalorar las cantidades de oro, diamantes o tanzanita, y de hacer perder al Estado decenas de miles de millones de dólares en impuestos y tasas desde 1998.
Un informe paralmentario publicado en septiembre de 2017 aseguraba que de la extracción de la tanzanita se beneficiaban sobre todo traficantes por la corrupción imperante en el sector y unos contratos desfavorables. Ese mismo año el país aprobó una nueva legislación que imponía a las compañías extranjeras la obligación de dar al Estado un 16% de cada uno de sus proyectos mineros.