El tesoro de un guerrero sármata de las estepas



La sepultura de un nómada

vista de la fosa con el ajuar funerario dispuesto en torno al cuerpo, tal como fue descubierta por los arqueólogos durante las excavaciones de 2013.




Espejo sármata

Espejo de plata con figuras de animales estilizados dorados en el mango, y un águila rodeada de seis toros alados en la parte circular.



Placa de oro

Este elaborado objeto formaba parte del traje del difunto y representa a una pantera que da caza a un antílope siberiano (saiga).


El arqueólogo Leonid Yablonsky narra el descubrimiento en 2013 de la tumba intacta de un noble nómada en la necrópolis rusa de Filippovka

Por Leonid Yablonsky. Instituto de Arqueología de la Academia Rusa de Ciencias,

Filippovka, un yacimiento que se localiza cerca de la ciudad rusa de Ufá, a unos 1.500 kilómetros al sureste de Moscú, es uno de los lugares de enterramiento más ricos e importantes de los sármatas, el pueblo iranio que pobló las estepas de la actual Rusia a finales del primer milenio a.C. La necrópolis de Filippovka contiene 29 kurganes, túmulos artificiales cuyas medidas oscilan entre los tres metros de alto hasta los veinte, en cuyo interior disponían los aristócratas sármatas sus tumbas, acompañadas de lujosos ajuares funerarios. Entre los años 1986 y 1988, el arqueólogo ruso Anatoli Pschenichnik excavó el kurgan número 1, bautizado como Túmulo Real debido a sus grandes dimensiones, con más de 80 metros de diámetro y con una altura de ocho metros. En su interior descubrió una gran colección de joyas, vasijas de cristal, armas y 26 figurillas de ciervos de madera recubiertas de oro.
Sin embargo, en la  Academia Rusa de Ciencias no estaban convencidos de que se hubiera dicho la última palabra sobre el yacimiento de Filippovka, en particular sobre la parte oriental del Túmulo Real, una sección de cinco metros de alto y 50 de largo, que Pschenichnik dejó sin excavar creyendo que había sido saqueada en la Antigüedad. Para comprobarlo, la Academia organizó en el verano de 2013 una nueva campaña arqueológica en el yacimiento y encargó a Leonid Yablonsky, especialista en cultura escita y sármata del Instituto de Arqueología, la dirección de las excavaciones.

Un rico enterramiento

Lo primero que localizaron los arqueólogos fue un paso subterráneo cerca del lado oriental del Túmulo Real que conducía al interior de la tumba. Al penetrar por él se toparon con algo inesperado: un enorme caldero de bronce fundido, de 102 centímetros de diámetro, decorado con tres asas, cada una de ellas compuesta por dos cabezas de grifos enfrentadas. Sorprendidos, llegaron a la conclusión de que el pesado caldero fue dejado allí por quienes lo trasladaban al verse incapaces de arrastrarlo al interior de la tumba. Cuando los exploradores llegaron al final del pasadizo, se encontraron con una fosa funeraria, de 4 por 4,8 metros de diámetro y 4 metros de profundidad, que a primera vista parecía no haber sido violada. Al fondo yacía un esqueleto humano acompañado de un ajuar funerario excepcionalmente rico y variado. Gulnara Obidennova, directora del Instituto de Enseñanza Histórica y Jurídica de Ufá y componente del equipo arqueológico, valoró así más tarde la importancia del descubrimiento: «El hallazgo es realmente sensacional porque la tumba estaba intacta: los objetos materiales y las joyas estaban en los sitios donde los habían colocado los sármatas […] Los elementos de vestimenta y los colgantes están bien conservados. En cada dedo llevaba una sortija con distintas piedras e imágenes de animales. A su lado había varios frascos que, probablemente, contenían cosméticos. A su izquierda había un espejo con mango de oro ornamentado,  similar a un cetro. Sus muñecas estaban adornadas con opulentos brazaletes».
Junto al cráneo del difunto, adornado con colgantes de oro decorados con esmalte, alguien había depositado una caja de madera repleta de objetos: frasquitos de plata y de vidrio, una caja de plata, un pectoral de oro, vasijas de barro, bolsas de cuero y, lo más curioso de todo, unos dientes de caballo con restos de pigmentos de color rojo. El vestido que cubría el cuerpo se hallaba en muy mal estado, pero todavía conservaba los elementos que se habían bordado sobre él:  flores, rosetas y una placa de oro con animales representados. Había también 395 piezas de pan de oro que se habían cosido a los pantalones, la camisa y a un chal con flecos sujeto con una cadena de oro. Las mangas se habían bordado con abalorios multicolores que formaban un complejo patrón geométrico. Además, junto al cuerpo se encontró un equipo completo para realizar tatuajes compuesto por paletas de piedra, agujas de oro, cucharas de hueso para mezclar los colores y cuchillos de hierro con incrustaciones de oro.

¿Quién está enterrado?

Más de mil artefactos se recuperaron en total durante la excavación de este túmulo, que se ha datado en torno al siglo IV a.C.  A la vista de la riqueza del ajuar funerario recuperado, no hay duda de que la tumba perteneció a un miembro destacado de la aristocracia sármata. Inicialmente, a juzgar por el tipo de objetos que acompañaban al difunto, se creyó que el propietario de la tumba era una mujer; sin embargo, los análisis osteológicos preliminares realizados a los restos parecen indicar que se trata de un varón. Este hecho era sorprendente, ya que resulta extraño encontrar la sepultura de un guerrero sármata al cual han enterrado rodeado de objetos de ornamento personal y sin armas. Está previsto realizar análisis de ADN a los restos y proceder asimismo a un detallado estudio de los materiales que le acompañaron en su último viaje. Muy posiblemente los resultados proporcionen más información sobre las circunstancias de la muerte y tal vez sobre la  identidad del ocupante del túmulo 1 de Filippovka.

Turista confunde a Richard Gere con un vagabundo y le ofrece una pizza






Una turista francesa que paseaba por Nueva York se topó con un hombre que revisaba la basura y le ofreció una pizza, sin darse cuenta de que se trataba del actor Richard Gere en pleno rodaje.
Karine Valnais Gombea, de 42 años, se encontraba cerca de la estación Gran Central cuando vio a un hombre con un sombrero hundido hasta las orejas que revisaba la basura, informó el domingo The New York Post.
La mujer salía de una pizzería con su marido y su hijo de 15 años, y le ofreció lo que le quedaba de su comida. El hombre le preguntó entonces qué había en la bolsa que le estaba entregando.
"Intenté decirle en inglés, pero me salió la mitad en francés. Le dije 'lo siento, pero la pizza esta fría'", contó al diario.
El hombre le respondió: "Muchas gracias, que Dios la bendiga".
La mujer se marchó sin saber que había entregado la pizza a Richard Gere, de 64 años, que se encontraba rodando su nuevo filme "Time out of Mind". Lo descubrió dos días después, cuando el diario publicó una foto.
"Fue mágico, increíble que algo así pudiera suceder", dijo la francesa.

La NASA descubre un planeta del tamaño de la Tierra que podría albergar vida





Por Josh Levs, CNN
(CNN) – Es como encontrar una aguja en un pajar universal. Investigadores han localizado un planeta del tamaño de la Tierra que podría ser habitable.
Nombrado Kepler-186f, el planeta está a 490 años-luz de distancia. Pero en la búsqeda de mundos similares al nuestro, nada ha estado tan cerca.
“Este es el primer definitivo planeta con tamaño similar a la Tierra que ha sido hallado en una zona habitable alrededor de otra estrella”, dijo Elisa Quintana, del Instituto de Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre (SETI, por sus siglas en inglés) de la NASA. “Encontrar ese tipo de planetas es un objetivo primordial del telescopio espacial Kepler”.
“Ese descubrimiento no solo prueba la existencia de mundos que pueden ser similares al nuestro pero sin duda moldea las futuras investigaciones de exoplanetas que podrían tener ambientes de superficie terrestre”, dijo el instituto en un anuncio el martes.
Después de detectarlo, el instituto no escatimó tiempo en buscar emisiones que puedan indicar la presencia de vida extraterrestre. Hasta ahora, no han hallado ninguna.
El tamaño no sólo es un dato interesante. Es un factor que les da a los científicos la esperanza que Kepler-186f podría albergar vida como la conocemos.
De los casi 1.800 “exoplanetas confirmados”, aproximadamente 20 orbitan a sus estrellas en zonas habitables, el especio en el que se cree que el agua de la superficie no se congela ni si hierbe.
En 2011, la NASA anunció que el telescopio Kepler observó cinco planetas de aproximadamente el tamaño de la Tierra y están en zona habitable.
Pero los “planetas previamente descubiertos son más grandes que la Tierra, y consecuentemente su verdadera naturaleza —rocosa o gaseosa— es desconocida”, dijo SETI en un comunicado el jueves. “Sobre la base de la atenuación de la luz estelar observada de Kepler-186, los autores estiman que este recién descubierto planeta es casi del mismo tamaño de la Tierra”.
El planeta también está a la distancia suficiente de su estrella para evitar peligros a la posible vida, incluyendo llamaradas estelares emitidas por estrellas enanas.
Anticipándose al anuncio del jueves de la NASA, DailyGalaxy.com preguntó si Kepler-186f podría probar que hay un “gemelo de Tierra”.
“Kepler-186f probablemente es un planeta rocoso y en ese caso sería similar a Venus, la Tierra y Marte”, dijo Thomas Barclay de la misión Kepler de la NASA.
Incluso la mejor tecnología no es lo suficientemente potente para que los científicos puedan saber las características de la atmósfera del planeta en este punto. Pero el telescopio Webb —que estaría en el espacio—, ahora bajo construcción, podría reunir imágenes de planetas cercanos a estrellas enanas y estudiar sus atmósferas.
Para los investigadores, el descubrimiento de Kepler-186f es como un nuevo comienzo. Es un primer paso, “pero no un registro que queremos mantener”, dijo Quintana. “Queremos encontrar más”.
Probablemente lo harán. Astrónomos de la Universidad de California en Berkeley y de la Universidad de Hawái , usando datos de Kepler, estiman que decenas de miles de millones de planteas posiblemente habitables del tamaño de la Tierra existen en nuestra galaxia, la Vía Láctea.