Una votación popular decidirá si es merecedor del título frente a otros 15 árboles europeos.
Los vecinos de Mendaza esperan que el concurso aumente el turismo rural para luchar contra la despoblación.
Ubicada en lo alto de un paraje conocido como La laguna, la encina de Mendaza, Navarra, luce con esplendor su singular figura. Su tronco se ha ido quedando hueco con el paso de los años, dotando a este árbol de "tres patas" que lo sustentan y le dan nombre.
El Encino de las Tres Patas (los lugareños utilizan el masculino) tiene unas medidas espectaculares: 19 metros de altura, 7,7 metros de perímetro y una copa de casi 20 metros de diámetro.
Con sus 1.200 años de edad, es el orgullo de este municipio navarro. Más aún cuando ha sido elegido por votación popular el representante español del concurso internacional Árbol Europeo del año. Este certamen pretende poner en valor a los árboles viejos como parte del patrimonio natural y cultural de cada país. No sólo tiene en cuenta la belleza o singularidad del mismo, también su historia y su conexión con los habitantes de la zona.
El Encino de las Tres Patas cumple, sin duda, con todos los ingredientes para alzarse con el título europeo. Va sobrado de años de historia, probablemente sea la encina con más años de la Península Ibérica. Además, el candidato español es emblema y referente que enorgullece a los vecinos. "Es el más viejo del lugar. Subimos a saludarlo siempre que podemos. Le respetamos, le cuidamos", cuenta a NIUS el alcalde de Mendaza, Javier Senosiain.
Una muestra de la "lucha" de estos vecinos por conservarlo es el zuncho metálico que luce actualmente en el tronco. "En 1993 por poco se viene abajo. Se colocaron unos tornillos de acero para coser la grieta, pero no fue suficiente. En el año 2000, dos vecinos decidieron colocar el zuncho que le ha salvado", asegura el alcalde.
Luchar contra la despoblación
El municipio de Mendaza, que agrupa los concejos de Asarta, Ubago, Acedo y la misma Mendaza, cuenta en la actualidad con poco menos 300 habitantes. Haber conseguido el título nacional y optar por el europeo puede ser un revulsivo para paliar la despoblación de la zona. "Tenemos paisajes muy bellos pero desconocidos hasta para los propios navarros. Presentarnos al concurso y que el encino se haga conocido puede atraer al turismo rural. Tenemos que aprovechar los recursos que tenemos para que los pueblos no mueran" reconoce Senosiain.