Infieles.






 Los hechos ocurrieron en Zenica, una ciudad de la región central de Bosnia. El la llamaba Azúcar; él era el Príncipe de la Satisfacción. Lo cierto es que un día decidieron conocerse. Así que se citaron. Se arreglaron para el encuentro y se presentaron en el lugar convenido. Y ahí llegó el horror: ella era su mujer; él era su esposo. A pesar de esto, decidieron divorciarse por engañarse consigo mismos.